martes, 20 de abril de 2010

¿CUAL ES TU REFLEXIÖN? Toma el camino recto

“Léalo y Reflexione” Francisco Jiménez Fermín

¿ CUÁL ES TU REFLEXIÓN ?

Me complacería que al reflexionar sobre los interrogantes que te planteo, puedas emitir tu opinión y hacerla conocer al Dios en quién crees o por lo menos a uno de su ministros. Invito a todos mis lectores cristianos, que así se denominan por estar bautizados, más no evangelizados; a los católicos que cumplen con sus deberes y hacen obras de misericordia; a aquellos de misa diaria, dominical u ocasional; al cristiano tibio que se conforma con los mínimos esfuerzos para cumplir con Dios; al cristiano de falsa humildad y temeroso de lo que digan. En general, todos están invitados y espero que tomen la iniciativa.

¿Cómo es mi comportamiento ante Dios? Cumplo o trato de cumplir con sus mandatos; mi comportamiento en el culto es el adecuado dentro de las normas de Santa Iglesia; llego a tiempo a misa, es decir antes, y no sobre la hora o después; me hago acompañar por los críos que no puedo controlar y molestan en la celebración. Asisto a Misa porque realmente estoy necesitado del ir al encuentro con Cristo y no para cumplir con formalidades sociales; voy dispuesto a poner atención, a orar y hacer los silencios que se exijan; o acudo con desgano, desgarbado, mal vestido y sin el ayuno recomendado. Al entrar a la Iglesia me santiguo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, hinco mis rodillas y doy gracias a Dios; durante el culto sigo atento la liturgia de la Palabra y sobre todo la liturgia de la Eucaristía, momento culmen del sacrificio y creo que ese pan y ese vino que consagra el Ministro del Altar se convierten en el Cuerpo y Sangre del mismo Cristo. El saludo de la paz, lo entiendo como la paz de Cristo para amar el que está a mi lado y no me salgo de mi asiento ni correteo para dar efusivos abrazos de alegría o pésame al familiar o al conocido. Al concluir la misa no salgo apurado para tomar la calle y volver al hogar, sin dar gracias al Señor y encomendarme a la Virgen María madre de Dios y madre nuestra.

Que opinas sobre la fila de feligreses que comulgaron, estarían en gracia de Dios y no tendrían pecado grave para recibir el Cuerpo y Sangre de Jesús. Ruega por ti y por todos para no dejarse atrapar por la tentación de comer su propia condenación, si comulgaran en pecado mortal, Piensa en cuantos están acostumbrados a rezar un acto de contrición para pedir perdón, porque por descuido, falta de tiempo, o ausencia de un sacerdote no han confesado; ruega porque el párroco dedique tiempo suficiente al Sacramento de la Confesión y establezca en la parroquia, en sitio visible, el horario del mismo.

Tu reflexión la puedes hacer en forma individual o comunitaria en un movimiento de apostolado o grupo de oración, donde das los máximos esfuerzos para la gloria de Dios, sin escamotearle tiempo y espacio al Señor. Reflexiona sobe el tiempo que le dedicas a Dios, sobre todo si eres persona realizada; si dilapidas tu tiempo en cosas banales, juegos, exceso de televisión y radio, olvidando cosas trascendentes e importantes, que benefician tu fe y la de tu prójimo.

Una reflexión profunda sobre tu conducta, tu testimonio, tu ejemplo de vida, mejorará tu conversión. Te invito a ser cristiano a la manera de Cristo, a emitir un juicio sobre estas y otras muchas interrogantes que puedas agregar. Asiste a tu parroquia consulta tus dudas con el sacerdote, conviértete en un voluntario para la evangelización, hazte miembro de la Misión Continental parroquial y verás los beneficios. No alabes solamente lo oportuno de estos planteamientos, sin tomar acciones inmediatas y positivas, no te quedes solo en buenas intenciones.

ABRIL 2010

miércoles, 7 de abril de 2010

DAME; DAME, DAME....SEÑOR

“Léalo y Reflexione” Francisco Jiménez Fermín

Dame, dame. Señor, dame

La mayoría de los creyentes que se acercan a Dios para conversar con él, casi siempre por el interés del cielo y salvación prometidos por Cristo, o por el temor de la condenación eterna del infierno, con frecuencia lo hacen así: Dame, dame, Señor, la salud; dame Señor empleo, dame Señor dinero. Dame, dame, dame, es lo que se les ocurren en las oraciones. Y esto realmente no es pecaminoso, inconveniente, ni exagerado, porque el mismo Jesucristo nos prometió el bien, porque nos recomendó pedir, y dijo: pide y se os dará, busca y encontrarás, llama y se os abrirá; ni porque haya dicho que se debe orar con perseverancia. Lo que no se puede tolerar es el hecho que solo se pida lo material y nunca o muy pocas veces lo espiritual. ¿ Porqué? No pedimos sabiduría para administrar lo poco o lo mucho que tenemos en la vida. ¿ Porqué? No pedir fortaleza para soportar la Cruz que debemos llevar en los hombros porque hemos decidió seguir al Señor. ¿Poruqé? No pedir que nos aumente la confianza, nos de entendimiento y don discernimiento para quedarnos con lo bueno y desechar lo malo, lo bueno que dejamos de hacer y lo malo que hacemos; y finalmente porqué antes de pedir nada sea material o espiritual no empezamos por agradecer. Agradecer al Señor Dios nuestro, todo lo que tenemos, lo que hemos tenido y ahora no tenemos. Agradecer la creación del universo y todo lo que existe en este mundo donde vivimos, el ser que se nos ha dado, la familia que tenemos, la educación que recibimos, el alimento que comemos y en fin agradecer todo lo que somos.

Para llegar mis queridos amigos a ser agradecido, todos los días y siempre de Dios, solo lo conseguiremos con la Oración frecuente, perseverante y sincera, leyendo los textos o simplemente conversando a solas con Jesús; procurando además que la oración no solo sea individual sino comunitaria. Lo conseguimos con el cumplimiento de los mandatos y la frecuencia de los Sacramentos establecidos por Cristo, y sobre todo aquellos que podemos recibir varias veces, especialmente la Confesión y el arrepentimiento de nuestros pecados y con la Eucaristía es decir con la Misa Dominical y si es posible diaria, no solo participando de la misma, sino comulgando, comiendo la carne de Cristo y bebiendo su sangre, en ese milagro diario de la Transubstanciación de las especies del pan y el vino establecido en la ultima cena del Señor con sus apóstoles y el cual disfrutamos hoy en la posteridad.

Que bueno sería para todos los creyentes, para todos los cristianos, en especial para los católicos y sobre todo aquellos que tienen su fe débil y están acosados por las tentaciones, de hacer en este tiempo cuaresmal un alto en el camino, para la reflexión sincera, para re-encontrarse con Cristo, para ser cristianos como Cristo quiere y no a la manera como queremos nosotros. Yo sé que si tu amigo que lees estas reflexiones, le oras a Dios pidiendo que te alumbre el camino conseguirás ese objetivo, y al conseguirlo me sentiré satisfecho y agradecido, porque también por este medio comunicacional se logra evangelizar en la Misión Continental de América, la Misión Continental de Venezuela, y la Misión Continental de la Diócesis de Margarita.

Marzo 2010

viernes, 12 de febrero de 2010

MISION CONTINENTAL EN CARACAS


Venezuela: Caracas inicia la Misión Continental Evangelizadora

El cardenal Urosa relizó el envío de centenares de misioneros
CARACAS, martes, 9 febrero 2010 (ZENIT.org).- El cardenal arzobispo de Caracas Jorge Urosa Savino envió a centenares de misioneros a “remar mar adentro” por los diferentes barrios y urbanizaciones de Caracas, Venezuela, para buscar a aquellos que todavía no conocen a Jesucristo y su mensaje de salvación.
“Ustedes desde la Misión Continental Evangelizadora no actuarán en nombre propio sino en nombre de la Iglesia que los envía; tienen por lo tanto una misión muy importante que cumplir: ser mensajeros, propagadores del mensaje de Jesús. Cuando enseñen la Palabra de Dios a los demás no se olviden dóciles al espíritu, escucharla Ustedes, en primer lugar, y madurarla en su corazón. Que su vida sea siempre testimonio de Jesús dentro de nuestra comunidad cristiana”. De esta manera el arzobispo de Caracas, cardenal Jorge Urosa Savino procedió al lanzamiento de la tercera etapa de la Misión Continental Evangelizadora en Caracas, informa “El Guardián Católico”.
Durante la celebración eucarística de envío misionero, el cardenal Urosa estuvo acompañado del nuncio apostólico en Venezuela Pietro Parolin, y los obispos auxiliares de Caracas, además de los sacerdotes, religiosos, religiosas, laicos y laicas comprometidas, así como de organizaciones católicas de esta capital.
Esta etapa operativa consistente en el envío de centenares de católicos, el cardenal Urosa realizó dos preguntas que, mano derecha alzada, los asistentes respondieron, asumiendo el compromiso misionero.
“¿Aceptan ustedes la misión de ser testigos del Evangelio, siendo Jesucristo su vestimenta y coraza en su tarea evangelizadora?.. ¿Están ustedes dispuestos a difundir responsablemente con tal de llevar la Palabra de Dios a sus hermanos en nombre de Jesucristo y su Iglesia?
Dos atronadoras afirmaciones llenaron el recinto, mientras el cardenal Urosa concluía el acto de envío con la siguiente recomendación: “Reciban entonces la Luz de Cristo. Esta es la condición: ser testigos de la Luz de Jesús y manténganse siempre unidos en el Amor del Señor”.
Desde temprano las inmediaciones de la iglesia de la Chiquinquirá, recibieron a los misioneros procedentes de las distintas parroquias y arciprestazgos de Caracas. Cada agrupación estaba acompañada por su párroco como un símbolo de fidelidad al pastor de la localidad, portando alusivas pancartas de su iglesia de origen.
El cardenal Urosa en su homilía recordó las tareas que se ha impuesto la Misión Continental Evangelizadora en su versión aplicada a la capital de Venezuela. “Llevar el fermento del Reino de Dios a nuestra ciudad y a nuestras comunidades cristianas” así como “alcanzar con la ayuda de Dios, nuestro Señor, en primer lugar, una gran renovación de la vida de fe de los fieles católicos concretada en una mayor participación en la vida de la Iglesia y de los Sacramentos”.
Agregó que la Iglesia de Caracas también anhela fortalecer las “parroquias con una mejor catequesis para niños, jóvenes y adultos”.
El purpurado señaló que dentro de los planes de trabajo evangelizador se contempla dar aliento a los movimientos eclesiales y apostólicos: “Esperamos revitalizar los movimientos de apostolado, todos los movimientos eclesiales y apostólicos. Por eso le pido a los dirigentes del Consejo Nacional de Laicos, que están todos aquí en Caracas; así como al Consejo Arquidiocesano de Laicos, que pongan en práctica las acciones necesarias para revitalizar, así decía el papa Juan Pablo II cuando vino a Venezuela en 1985, revitalizar los movimientos de apostolado seglar en sus carismas respectivos”.
El ruego del cardenal Urosa se hizo extensivo a los sacerdotes de las distintas parroquias para que abran espacios, ayuden a crecer en número y acompañen a los movimientos apostólicos.

viernes, 5 de febrero de 2010

PARA SUBIR AL CIELO SE NECESITA:.............

"Léalo y Reflexione" Francisco Jiménez Fermín

UNA ESCALERA GRANDE Y OTRA CHIQUITA

Mi amigo me pregunta ¿Qué se necesita para subir al cielo? y le respondo: UNA ESCALERA GRANDE Y OTRA CHIQUITA. Una grande, que la construye cada persona en su vida, con dificultades, paciencia, amor y perseverancia, cuyos tramos son las veces que pedimos perdón a Dios, mediante la confesión sacramental establecida por Cristo, por lo malo que hemos hecho y lo bueno que hemos dejado de hacer. Y por intermedio de su Ministro se nos otorga el perdón del castigo eterno (Infierno) el cual merecemos por nuestros pecados y donde el sufrimiento, los tormentos, la tristeza y sobre todo la ausencia de Dios será por siempre. Y una chiquita que también construimos en el devenir de nuestro tiempo en la tierra, con sacrificios, dificultades, sufrimientos, ayunos, contrariedades, obras de misericordia espirituales y corporales con el prójimo y con la Iglesia, cumpliendo nuestros deberes tanto de la ley de Dios como la ley de los hombres; frecuentando los sacramentos, haciendo oración con el objetivo, si fuera necesaria para disminuir la temporalidad de la pena del pecado en el espacio del Purgatorio, asignado por Dios en nuestro juicio particular al morir cuando el alma abandona el cuerpo.

Esta pena temporal que debemos purificar por las faltas o las fallas que acompañan a la debilidad humana, a los propósitos de enmienda no cumplidos, la ausencia o el falso dolor de los pecados, el haber dejado pasar el tiempo para ponernos a derecho, el abuso de la misericordia divina, las muchas circunstancias que nos llevaron a cometer pecado grave, las imprudencias y falta de fortaleza para evitar las tentaciones de pecar Si esta pena temporal no es limada totalmente en la tierra, y morimos sin pecado mortal, nuestro lugar obligatorio en la vida eterna será formar parte de la Iglesia Purgante, sin embargo es un misterio conocer el tamaño del mismo y el tiempo de la pena saldada para subir al cielo y tener la dicha de ver cara a cara a Dios Padre en el misterio de la Santísima Trinidad.

Además, la Iglesia que es nuestra madre y maestra, que administra los depósito de la fe por los méritos de Jesucristo y de los Santos, cada cierto tiempo y con motivaciones trascendentes otorga INDULGENCIAS plenarias a sus fieles, para el perdón de la pena temporal, y las cuales deben ser disfrutadas con devoción por el pecador. FEBRERO 7 AÑO 2010.

martes, 12 de enero de 2010

DIELMA DEL HOMBRE ANTE LA MUERTE

"Léalo y Reflexione" Francisco Jiménez Fermín

DILEMA ANTE LA MUERTE

Para todo ser humano cualquiera que sea su estado, su posición, su credo, su origen etc, la muerte constituye un misterio, y para quien no cree en Dios, ni acepta el alma inmortal del ser, afirma que al morir todo se acaba y no existe vida posterior, su dilema estará en evitarla la muerte a toda costa, usando todo los instrumento que tenga a la mano y que la ciencia le ofrece, aceptándola como un hecho biológico que se cumplirá en un tiempo determinado. Para el creyente que sabe que su cuerpo es mortal y su alma no, enfrentará el dilema de la muerte como lo hace el no creyente evitándola usando los mismos medios. Pero el mayor dilema lo planteará ante el alma que no muere, por creer en Dios, en la resurrección de los muertos, la comunión de los santos y la vida eterna posterior. Por lo que para él la muerte significa un accidente en la vida terrena, necesaria para ingresar en la otra vida. Y sobre esta vida eterna, la teología, y la Iglesia de Cristo, la conciben como un espacio con tres niveles, la gloria en el cielo donde los justos verán el rostro de Jesús, el purgatorio antesala de purificación del alma, con la esperanza cierta de alcanzar el cielo, y espacio tenebroso y definitivo el infierno donde estarán todas las alma que se hayan condenado a si mismo y que murieron de espalda a Dios con faltas graves..

La Salvación del alma a la cual todo ser humano, está permanentemente invitado por Cristo y por su iglesia, será el mayor dilema del creyente, Cristo lo ha dicho el mejor negocio del hombre es ganar la vida eterna ( La Gloria o el Purgatorio) y el peor negocio perderla y condenar el alma, al fuego definitivo y sin regreso, del infierno

Si Reflexionas a conciencia y haces razonamientos lógicos y adecuados, podrás discernir para escoger el camino mejor, el de la no condenación del alma inmortal, y ello se conseguirá siendo fiel a Jesucristo y a su Iglesia, siendo constantes en el amor a Dios y en su misericordia, haciendo el bien y evitando el mal con abundantes obras de misericordia espirituales y corporales, huyendo de las tentaciones del mundo donde el maligno te acosa, levantándote de la modorra, la apatía y la tibieza que puedan acompañarte, y sobre todo orando todos los días, cumpliendo con la ley de Dios y su Iglesia, y frecuentando con gozo los sacramentos en especial la Confesión y la Eucaristía. En este año que se inicia demuéstrale tu amor a Dios con testimonios diarios. ENERO 2010.

domingo, 10 de enero de 2010

LEVÁNTATE NO TENGAS MIEDO 2010

“Léalo Y Reflexione” Padre; Santiago Martín Rodríguez

LEVANTATE NO TENGAS MIEDO
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“El Evangelio de Cristo, Los Papas y la Iglesia católica nos invitan permanentemente, a no tener miedo, a ser testigos de Cristo en medio del mundo secularizado y violento en el que nos toca vivir. El prólogo del Evangelio de San Juan nos recuerda que el Señor es "la luz verdadera que alumbra a todo hombre", pero que fue rechazada desde un principio por aquellos a los que no les interesaba que la luz mostrase sus pecados y defectos. Hoy sucede igual que entonces. Dios ofrece misericordia y el hombre la rechaza y lo que pide es tolerancia; la misericordia, incluso, le ofende, pues implica concepto de pecado y por lo tanto arrepentimiento y petición de perdón; la tolerancia, en cambio, no entra en el fondo moral de las cosas sino que reclama vía libre para hacer lo que cada uno quiera, siempre que no se salten las leyes civiles, las cuales, por cierto, son modificadas continuamente por los Parlamentos para hacerlas cada vez más permisivas. Es el problema del relativismo, la "dictadura del relativismo" como la llamó Benedicto XVI, pues la ideología relativista se convierte en dictadura cuando persigue, de una forma o de otra, a todos los que la rechazan, a los que consideran que la realidad existe, que los comportamientos son buenos o malos por sí mismos y no por lo que cada uno quiera decidir acerca de ellos. Estamos, pues, bajo una dictadura que, como toda dictadura, tiene sus víctimas. Estas son, ante todo, las del aborto y luego vienen las de la eutanasia más o menos encubierta; pero también son víctimas de esta dictadura del relativismo los jóvenes que crecen sin valores objetivos -violencia estudiantil, alcohol, droga, fracaso escolar, fracaso profesional por poca formación y competitividad, las familias -rupturas matrimoniales, violencia doméstica-, la naturaleza –el consumismo está esquilmando los recursos naturales- y la economía -la crisis económica tiene una raíz moral y no es sólo una mera coyuntura ligada a los inevitables altibajos de los ciclos económicos-. También somos víctimas todos aquellos que, como los católicos fieles al Papa, nos negamos a claudicar ante la cultura dictatorial imperante y seguimos reivindicando la existencia de la realidad frente al imperio de la subjetividad. Pablo VI decía que nuestra época no escucha ya a los maestros pues no busca la verdad, pero sigue escuchando a los testigos; debemos ser testigos, con la santidad de nuestra vida y con la valentía de nuestra unión pública a Cristo y a su Iglesia, pero también tenemos que ser maestros, aunque no nos escuche casi nadie, con nuestra formación.” ENE.2010.