CONVERSEMOS PARA
SALVARNOS
Amigos lectores y amigos que se enteran a través de terceros, de estas
reflexiones, hoy me dispongo conversar con ustedes y créanme que esto es una
necesidad espiritual que he de cumplir. Mi primera inquietud es sobre el CREDO
con el cual profesamos que creemos en Dios, Todopoderoso, que está en todo y en todos, que su amor y su
misericordia son permanentes, pero también que es un Dios justo, entonces pregúntale
Señor que debo hacer para ganar la vida eterna que nos promete, pide ayuda a su
Espíritu para que nos mantengamos en el Camino recto y el lugar adecuado. Creer
en la vida eterna, la vida del más allá, ha de ser una actitud sincera y
constante mientras estemos vivos. La Vida del más allá, es la vida del alma una
vez que ocurra la muerte, estamos comprometidos con
Dios y con nosotros mismos para alcanzarla; es la vida del cielo, la vida
frente a Dios a sus Santos y sus Ángeles en lo que se conoce como el Paraíso,
describir tanta belleza, tanto bienestar, tanta pureza no es fácil, pero esto y
mucho mas es una promesa de Cristo el Hijo de Dios vivo.
En el grupo donde conversamos siempre hay dudas, y estas tienen que
desaparecer de nuestras mentes, no hay persona alguna que no haya dicho Dios
mío ayúdame, Dios mío sálvame, y les pregunto ¿Ayúdame y sálvame de que? Por
supuesto que del mal, del maligno cuya disposición permanente es que el alma
vaya al fuego eterno, inextinguible del infierno, como lo atestigua en muchos
pasajes las Sagradas Escrituras. Y en ese grupo a pesar de las dudas, muchos
son hipócritas con dobles caras, pues son muchos de ellos que van a los rezos
de los muertos, a los rosarios que se le dedica a las almas para obtener la
purificación de sus faltas, que siempre son necesarias mientras se purgue la
pena temporal, pero que de nada sirven para las almas que tiene el castigo
eterno que se ganaron en la vida. Y más aún mis queridos hermanos que me leen,
cuando asisten a las Misas o cultos de los difuntos, y se dan efusivamente
abrazos de paz y de dolor, implorando al Dios Todopoderoso, a María Santísima,
a los santos y ángeles intercesión para la salvación del alma del ser querido
que ha muerto, y que está en la antesala de la puerta del cielo por la
misericordia divina. Entones amigo mío, aprovecha en este tiempo de adviento cuando
tu Iglesia te invita a preparar tu espíritu, para recibir al niño-Dios, para
hacer un discernimiento para siempre. Si yo he pedido ayuda, si creo en Dios,
en la vida del más allá, debo procurar en esta vida hacer el mejor y mayor
negocio de nuestro peregrinar en la tierra SALVAR TU PROPIA ALMA.
Dic 2013
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