LA VIDA PARA CON
DIOS
LA VIDA PARA CON DIOS COMO AFIRMA EL SANTO CHILENO
El nobel Santo
Chileno San Alberto Hurtado dijo: “La Vida se nos da para buscar a Dios. La
muerte para encontrarlo y la eternidad para poseerlo” Reflexionemos sobre estas
exhortaciones: Si nos hacemos Hijos de Dios mediante el Sacramento del Bautismo
tenemos por tanto el compromiso de buscar a Dios a fin de obtener las promesas
de la Salvación del alma. La Salvación conlleva para el cristiano el deber de
amarle y amar al prójimo como lo establece Cristo, su Doctrina y su Iglesia. En
nuestro peregrinar por la tierra en la corta o larga vida que se nos regala, si
la búsqueda de Dios ha sido afortunada, nos permitirá mantenernos a su lado,
por la recta y real vía que nos conduce al cielo al final de la existencia. La
Seguridad y la perseverancia de tal búsqueda tiene que enriquecerse con la fe,
la esperanza y el amor, el cumplimiento de nuestros deberes religiosos, la
frecuencia de los sacramentos en especial la Penitencia y la Eucaristía, que
conformarán en el ser humano una coraza
contra el primer enemigo: el Pecado, que es la ofensa grave o leve, por
acciones, obras, pensamiento y omisiones. Como humanos somos pecadores y
sabemos que la vida de gracia es difícil y no tenemos dudas que cada vez con
mayor frecuencia nos presiona y nos hace presa de la concupiscencia; pidamos
perdón y ayuda al Dios que buscamos y estaremos seguros que su Espíritu de amor,
nos recibirá en su regazo por su divina misericordia, e impartirá en nosotros
la gracia suficiente, la fortaleza necesaria y confianza para recuperarnos y
continuar nuestro itinerario.
Cuando después
de haber vivido en el Reino de Dios en
la tierra y tengamos que rendir cuentas ante el llamado de Dios, nos iremos al
Padre con gusto, arrepentidos y satisfechos de nuestra labor de apostolado,
entonces con la muerte encontramos a Cristo para seguir adorándole, alabándolo
y sirviéndole por el tiempo que el misma Dios disponga, directamente desde el
Cielo o desde su antesala en el Purgatorio donde se limpiarán nuestra penas
temporales, y al final la eternidad del Cielo, para ver cara a cara a la Santísima
Trinidad, Dios Trino, para vivir con gozo y alegría permanente esta fase
maravillosa de la Salvación del alma.
Sobre esta
Salvación, la cual es más factible en la religión católica que en cualquier
otro credo cristiano conocido, y quienes sin conocer a Cristo, hacen las cosas
con amor, son dignos también de poseer a Dios en la eternidad.
El Santo Padre
Francisco, Obispo de Roma y Vicario de Cristo en la tierra, mantiene desde su elección
el pasado 13 de marzo del año pasado una catequesis profunda y extensa en su
diversas ocasiones que tiene en sus Misas Diarias, en las concentraciones en la Plaza San Pedro
de los miércoles, y solemnidades litúrgicas, en el rezo del Ángelus de todos
los días, en sus visitas pastorales dentro y fuera de Italia, en sus
exhortaciones y en sus Encíclicas y en el contacto permanente con el pueblo de
Dios, y recomienda a los cristianos que estemos alegres, que hagamos
evangelización en forma permanente y en todos los ambientes donde vivamos y
trabajemos, que es necesario darle a Cristo y a su Iglesia los máximos
esfuerzos, y que el clero cristiano se vuelque a las calles y a las periferias
para llevar al redil a la multitud de ovejas descarriadas.. Acojamos sus
consejos y recomendaciones, y llevando a Cristo en nuestros corazones,
invitémosle a salir con nosotros para
lograr en corto plazo la evangelización total del pueblo de Dios.
ENERO 2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario