“Léalo y Reflexione”
Francisco Jiménez Fermín
VADEMÉCUM DEL CATECISMO
La Palabra vademécum
procede de las raíces latinas: VADE (anda,ven)
y MECUM (consigo) es una obra escrita que contiene las nociones más
importantes sobre un tema determinado. Es, pues, un compendio que se ha llamado
VADEMECUN del catecismo de la Iglesia Católica, y que el Papa Benedicto XVI
presentó a la Iglesia Universal, y contiene en forma concisa, todos los
elementos esenciales y fundamentales del mismo, con el fin de constituir, como
lo había propuesto el Papa Juan Pablo II, en una especie de Vademécum, que lleve a las
personas, creyentes y no creyentes, a escoger conjuntamente, todo el panorama
de la fe católica.
El Catecismo de la Iglesia
Católica (CIC) fue promulgado por el Papa Juan Pablo II en 1992, y se hizo
necesario promulgar un Compendio del mismo, el cual fue realizado por el actual
Papa Benedicto XVI el 28 de junio del año 2005, en el primer año de su
pontificado; en esa oportunidad se nos dijo: “Entrego con confianza este compendio del Catecismo de
la Iglesia Católica, a la Iglesia entera y a cada cristiano en particular, para
que por medio de él, cada cual pueda encontrar, en este tercer milenio, nuevo
impulso para renovar el compromiso de la Evangelización y Educación de la fe, que debe caracterizar a toda la comunidad
eclesial y a cada creyente en Cristo de cualquier edad y nación.”
Este compendio que cada uno
de nosotros debe llevar consigo en el día
a día, igual que el Catecismo de la Iglesia Católica se articula en
cuatro partes: La primera “Profesión de fe”, es la síntesis de la Lex Credenti,
es decir la fe profesada de acuerdo a lo
establecido en los Credos, tanto el corto como largo, aprobados en los
Concilios de Nicea año 325 y Constantinopla año
381. La segunda parte, que es la celebración del misterio cristiano, es
la síntesis de la Lex Celebrandi, donde el anuncio del Evangelio encuentra su
respuesta en la vida sacramental. La tercera parte se refiere a la Vida de
Cristo, Lex Vivendi, es decir el compromiso de los bautizados para manifestar
en sus conductas y decisiones fidelidad a Jesucristo, para realizar las obras
que se correspondan con la dignidad de Hijos del Padre, en la caridad del
Espíritu Santo. La cuarta parte se refiere a la Oración cristiana, Lex Orandi,
es decir la vida en oración, de la que es expresión privilegiada el
Padrenuestro.
Este año de la fe debe ser
aprovechado para que con este vademécum
que andamos satisfaga el hambre de la
verdad de los fieles de toda edad y condición. Me permito sugerir que se
provean a la Diócesis del mismo, lo que contribuirá en mejor y mayor formación
del creyente. Pedimos que se produzca un programa con ese objetivo, y se decida
la impresión de miles de ejemplares, se produzcan conferencias, foros y
diálogos sobre el mismo, que nos obligue a tener a mano este instrumento para
la evangelización de los bautizados con fe tibia y decaída, corroída por el
relativismo y el secularismo de estos tiempos, con la seguridad que se
producirán abundantes frutos para la gloria de Dios. NOV 2012.
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