“Léelo y
Reflexiona”
Francisco Jiménez F.
QUIEN
NO HABLA DE ESO
Yo he conversado con Dios y con
María, Síii y ¿quien no lo ha hecho? Esto es lo acostumbrado, no hay jactancia
ni es una actitud soberbia. Cristo y la Iglesia mantienen una invitación
abierta, que no solo ha de aprovecharse en las situaciones difíciles de la
vida, que deben ser las menos, porque las más son todos los días, a cualquier
hora y en cualquier lugar, preferible en la soledad de tu habitación, o en tu
templo donde asistes en comunión con tu Iglesia, allí nos espera el Señor.
¿ Y qué le dices? o mejor ¿Qué es lo
que no le dices. Siendo Padre tuyo y nuestro, lleno de amor y misericordia,
quien espera con paciencia para atender tu conversación, por sentirse
satisfecho porque està agradecido por todo por lo bueno y también lo malo
que enfrentas en la cotidianidad de tus
acciones y omisiones. Y está contento porque has vencido tu orgullo y respeto
humano para hablar. ¿Y les pregunto quién no habla de eso? Quien podrá decir
que no ha hablado con Dios y con María Santísima, pero no debes convertir esta
oración personal en una reiterada oración de petición, ni mucho menos sufrir
frustración por no haber sido complacido en tu solicitud. Recuerda que Cristo
dice: No juzgues para no ser juzgado; pregúntate si lo que pides es conveniente
para ti, y si tu petición se arropa en la humildad y has desechado la soberbia.
Pero además de pedir, examínate
todos los días, y si tienes mucho tiempo que no conversas, acércate al
Confesionario, para que usando el instrumento reconciliador de la
Confesión, establecido por Dios y mantenido en su Iglesia, puedas entrar en
el redil de Cristo como cualquier oveja perdida. Alaba al Señor, cumple tu
propósito de enmienda y tu penitencia, y con todas las energía que el
Espíritu Santo te da, reinicia tu
camino con un traje nuevo, que con acciones y oraciones mantendrá tu
conversión (tu cambio) en la vía
correcta de la salvación de tu alma. Entonces en los próximos diálogos con
Jesús le podrás decir: aquí tienes los frutos que me pides. Ahora no solo soy cristiano del montón, de una mayoría equivocada,
sino que soy cristiano a la manera de Cristo, como Dios manda.
Si lo que crees lo recitas con
devoción y a diario rezas EL CREDO DE LA IGLESIA, y con el Padre Nuestro te
comprometes, has comenzado el reinicio de recuperar tu fe, de vivirla, de
fortalecerla. No puede haber obstáculos a tu decisión porque la Oración y
Cristo está contigo, tu testimonio será el mismo: cristiano como quiere
Cristo, siendo un buen católico, cumplidor de tus deberes, de los
mandamientos de la ley de Dios y de su Iglesia. Vivir siempre con Dios, y
si le amas, amará a tu prójimo, procurarás cada vez perfeccionar tu fe
haciéndola crecer y defendiéndola. Una persona nueva tiene también que ser
un buen ciudadano, cumplir con las leyes del mundo, siempre y cuando no
estén en contradicción con las verdades y las enseñanzas de Cristo. Para
mantenerte en este camino son indispensable: La confesión frecuente, la
Eucaristía Dominical o diaria, y la Oración todo el tiempo que puedas.
Hazlo y después me cuentas,
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario