sábado, 25 de agosto de 2012

EL CREDO EN EL AÑO DE LA FE


“Léalo y Reflexione”                                                    Francisco Jiménez F

              EL CREDO CRISTIANO EN EL AÑO DE LA FE
El Credo es la profesión de fe del católico y del cristiano, es la oración aprobada por la Iglesia de Cristo para que todos los días la recemos y que en las misas dominicales lo hagamos en comunidad. Ya sea con el Credo de los Apóstoles (corto) o el credo niceo-constantinopolitano (largo) estamos en el deber de reflexionar en cada una de sus palabras y de sus afirmaciones, que representan la verdad revelada por Dios. El Papa Benedicto XVI, el Vicario de Cristo en la tierra, decretó la celebración en la Iglesia Universal del AÑO DE LA FE, mediante su Carta Apostólica del 11-10-2011: PORTA FIDEI, documento que tiene Ud, a sus manos en el Pan Diario de La palabra del mes de julio y agosto en las paginas finales, o la puede bajar por Internet, y conocerá la razón de ser de la convocatoria pontificia y los objetivos que se persiguen para la reconquista de esta virtud, para su conservación permanente, su vivencia y los propósitos de salvación para toda la vida, la cual permitirá luchar contra el maligno, contra la acedia, contra el relativismo y el secularismo, que se ha venido instalando en los corazones de los hombre en nuestro tiempo. El Santo Padre propone celebrar el año de la fe desde el 11 de octubre del 2012 hasta el 24 de noviembre del 2013, se iniciará con la Asamblea General del Sínodo de los Obispos el mismo mes de octubre, sobre el tema la Nueva Evangelización para la trasmisión de la fe cristiana, será una ocasión para introducir a todo el cuerpo eclesial en un tiempo de especial reflexión y redescubrimiento de la fe, con la exhortación a todos para que se utilice el auxilio y guía del Catecismo de la Iglesia Católica.
La Lex credenti de la doctrina se sintetiza en el contenido del Credo católico que las grandes mayorías de creyentes conocen o por lo menos han oído o rezado alguna vez, muchas veces en forma superficial, sin hacer reflexión de lo que afirma ni mucho menos meditar sus contenidos. Intentamos en este artículo hacer algunas consideraciones; tanto en el credo corto como en el largo se establecen dogmas de La Iglesia que son de obligatorio cumplimiento por el creyente, lo contrario sería anatema y por supuesto pecada grave. Empezamos: Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielos y de la tierra, de todo lo visible e invisible” confesamos creer en Dios hacedor de universo que existe y ha existido siempre, que todo lo puede y todo lo ve y rige los designios del mundo. Creo en un solo Señor Jesucristo, hijo único de Dios, creado no engendrado, de igual naturaleza que Padre, que por nosotros y nuestra salvación bajo del cielo y por obra de Dios Espíritu Santo se encarnó de María  siempre Virgen, se hizo hombre,  fue crucificado, murió y resucito al tercer día para la redención de todos. Al admitir estas verdades creo en el Dios Trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Pero además creo en la Iglesia fundada por Cristo con Pedro su primer Pontífice, la cual es santa, una, única, católica y apostólica. Creo en los Sacramentos establecidos en la Iglesia por el mismo Cristo: Bautismo, Confirmación, Confesión, Eucaristía, Matrimonio, Orden Sacerdotal y Unción de los enfermos. Todas estas afirmaciones de nuestra confesión son dogmas de la iglesia, y estamos obligados a cumplir, a promover, a extender y defender en este año de la fe y por siempre.
Que la jerarquía diocesana, las parroquias, los sacerdotes, diáconos y laicos, colegios católicos, movimientos de apostolado y el pueblo en general de Dios, nos dispongamos a emprender esta gran empresa para que los frutos que recojamos en el año de la Porta Fidei sean abundantes y por siempre. Amen
                                                                                     Agosto 2012.

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