“Léalo y Reflexione”
Francisco Jiménez F
EL CREDO
CRISTIANO EN EL AÑO DE LA FE
El Credo es la profesión de fe del católico y del
cristiano, es la oración aprobada por la Iglesia de Cristo para que todos los
días la recemos y que en las misas dominicales lo hagamos en comunidad. Ya sea con
el Credo de los Apóstoles (corto) o el credo niceo-constantinopolitano (largo)
estamos en el deber de reflexionar en cada una de sus palabras y de sus
afirmaciones, que representan la verdad revelada por Dios. El Papa Benedicto
XVI, el Vicario de Cristo en la tierra, decretó la celebración en la Iglesia
Universal del AÑO DE LA FE, mediante su Carta Apostólica del 11-10-2011: PORTA
FIDEI, documento que tiene Ud, a sus manos en el Pan Diario de La palabra del
mes de julio y agosto en las paginas finales, o la puede bajar por Internet, y
conocerá la razón de ser de la convocatoria pontificia y los objetivos que se
persiguen para la reconquista de esta virtud, para su conservación permanente,
su vivencia y los propósitos de salvación para toda la vida, la cual permitirá
luchar contra el maligno, contra la acedia, contra el relativismo y el
secularismo, que se ha venido instalando en los corazones de los hombre en
nuestro tiempo. El Santo Padre propone celebrar el año de la fe desde el 11 de
octubre del 2012 hasta el 24 de noviembre del 2013, se iniciará con la Asamblea
General del Sínodo de los Obispos el mismo mes de octubre, sobre el tema la Nueva
Evangelización para la trasmisión de la fe cristiana, será una ocasión para
introducir a todo el cuerpo eclesial en un tiempo de especial reflexión y
redescubrimiento de la fe, con la exhortación a todos para que se utilice el
auxilio y guía del Catecismo de la Iglesia Católica.
La Lex credenti de la doctrina se sintetiza en el
contenido del Credo católico que las grandes mayorías de creyentes conocen o
por lo menos han oído o rezado alguna vez, muchas veces en forma superficial,
sin hacer reflexión de lo que afirma ni mucho menos meditar sus contenidos.
Intentamos en este artículo hacer algunas consideraciones; tanto en el credo
corto como en el largo se establecen dogmas de La Iglesia que son de
obligatorio cumplimiento por el creyente, lo contrario sería anatema y por
supuesto pecada grave. Empezamos: Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del
cielos y de la tierra, de todo lo visible e invisible” confesamos creer en Dios
hacedor de universo que existe y ha existido siempre, que todo lo puede y todo
lo ve y rige los designios del mundo. Creo en un solo Señor Jesucristo, hijo
único de Dios, creado no engendrado, de igual naturaleza que Padre, que por
nosotros y nuestra salvación bajo del cielo y por obra de Dios Espíritu Santo
se encarnó de María siempre Virgen, se
hizo hombre, fue crucificado, murió y
resucito al tercer día para la redención de todos. Al admitir estas verdades
creo en el Dios Trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Pero además creo en la
Iglesia fundada por Cristo con Pedro su primer Pontífice, la cual es santa,
una, única, católica y apostólica. Creo en los Sacramentos establecidos en la
Iglesia por el mismo Cristo: Bautismo, Confirmación, Confesión, Eucaristía, Matrimonio,
Orden Sacerdotal y Unción de los enfermos. Todas estas afirmaciones de nuestra
confesión son dogmas de la iglesia, y estamos obligados a cumplir, a promover,
a extender y defender en este año de la fe y por siempre.
Que la jerarquía diocesana, las parroquias, los
sacerdotes, diáconos y laicos, colegios católicos, movimientos de apostolado y
el pueblo en general de Dios, nos dispongamos a emprender esta gran empresa
para que los frutos que recojamos en el año de la Porta Fidei sean abundantes y
por siempre. Amen
Agosto 2012.
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