lunes, 9 de julio de 2012

Corección FRATERNA 08-07-12


“ Léalo y Reflexione”                                                                     Francisco Jiménez Fermín

 CUANDO, COMO Y DONDE CORREGIR AL HERMANO


            La Corrección al hermano es un deber cristiano y norma a cumplir exigida por Dios, en la palabra del profeta Ezequiel (Ez. 33,7-9): “Todo hombre es centinela o atalaya en el pueblo de Dios para su propio beneficio y el beneficio de la comunidad, por ello cuando el Señor advierta al hermano y le diga: malo vas a morir, tú estás en el deber de corregirlo, de hablarle sobre su mala conducta; si no lo haces el morirá en pena, pero a ti se te pedirá cuenta de esa muerte; si no te hace caso morirá igual pero tu nada tienes que temer.”  Y Jesús nos dice en Mateo 18, 15-20: “Sí tu hermano comete pecado, ve y amonéstelo a solas;  estás en el deber de hacerlo  bien, corrígelo sin escandalizar, con humildad y prudencia, y aún mejor si te haces acompañar con otro hermano. Si no logras que oiga y se corrija comunícalo a la Iglesia, a su grupo, a su parroquia y si persiste en el error considéralo como un pecador público”.
            ¿Cuando y como está Ud en condiciones de cumplir el mandato?, cuando estés consciente que el no hacer la corrección fraterna estando en condiciones de hacerlo, es una desobediencia a Dios por ser un pecado de omisión; retira la viga de tu ojo y podrás sacar la paja del ojo ajeno, estando en Gracia de Dios, y con formación doctrinaria en base a los evangelios y la Santa Iglesia, eleva una oración al Señor para que te ayude y puedas hacerlo a solas, sin escándalo, con humildad, prudencia  y amor. Nadie que realmente ama a Dios y se hace llamar cristiano puede soslayar el deber de corregir, porque al no hacerlo ignora los mandamientos y la ley de Dios que se resumen en el amor al Padre sobre todas las cosa y en al amor al Prójimo como el que se tiene per se, habida cuenta que quien ama al prójimo no le causa daño a nadie.            ¿Y donde lo harás?: Son muchos los lugares y oportunidades para hacerlo, comenzando por el Templo, que es casa de oración, todos en silencio elevaremos las plegarias a Dios, y evitaremos las tertulias entre los feligreses; corrijamos las posturas y comportamientos en el templo, la forma decente de sentarnos, de hacernos el signo de la cruz, el saludo de una paz que parece fuera de la calle entre familiares, cuando ha de ser solo con el vecino del asiento; orar por las muchas comuniones sacrílegas que puedan ocurrir; solicitar al sacerdote que oficia que cumpla antes de misa con las confesiones, y niegue la comunión al comulgante que se acerque  a recibir al Señor en condiciones prohibidas por la Iglesia; corregir a quien comulgue cuando llega a la misa dominical después de la consagración.
            Ejerzamos también la corrección fraterna en nuestro hogar, en el trabajo, en la calle y en cualquier ambiente cuando se ofende a Cristo, se falta a sus mandatos y se malpone su Iglesia. Advirtamos a quienes ejerzan el derecho del voto, que se comete pecado cuando no existe coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, cuando hay indiferencia del aspirante al cargo, quien sin arrepentimiento evidente ha manipulado a la Iglesia y sus autoridades, y la soberbia y el odio siguen siendo sus compañeros de ruta en sus aspiraciones.
            La Iglesia de Cristo, sus autoridades, los cristianos y en especial los católicos comprometidos estamos obligados usando todos los medios legales de comunicación, a mantener la alerta para luchar contra el pecado de omisión, todo lo bueno que se pueda hacer y no se hace, que muchas veces siendo pecados menores van empañando el cristal la santidad y llegan a convertirse en pecado mortal de invidentes cristianos  JULIO 2012

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