“ Léalo y Reflexione”
Francisco Jiménez Fermín
CUANDO, COMO Y DONDE CORREGIR AL HERMANO
La
Corrección al hermano es un deber cristiano y norma a cumplir exigida por Dios,
en la palabra del profeta Ezequiel (Ez. 33,7-9): “Todo hombre es centinela o
atalaya en el pueblo de Dios para su propio beneficio y el beneficio de la
comunidad, por ello cuando el Señor advierta al hermano y le diga: malo vas a
morir, tú estás en el deber de corregirlo, de hablarle sobre su mala conducta;
si no lo haces el morirá en pena, pero a ti se te pedirá cuenta de esa muerte;
si no te hace caso morirá igual pero tu nada tienes que temer.” Y Jesús nos dice en Mateo 18, 15-20: “Sí tu
hermano comete pecado, ve y amonéstelo a solas;
estás en el deber de hacerlo
bien, corrígelo sin escandalizar, con humildad y prudencia, y aún mejor
si te haces acompañar con otro hermano. Si no logras que oiga y se corrija
comunícalo a la Iglesia, a su grupo, a su parroquia y si persiste en el error
considéralo como un pecador público”.
¿Cuando
y como está Ud en condiciones de cumplir el mandato?, cuando estés consciente
que el no hacer la corrección fraterna estando en condiciones de hacerlo, es
una desobediencia a Dios por ser un pecado de omisión; retira la viga de tu ojo
y podrás sacar la paja del ojo ajeno, estando en Gracia de Dios, y con
formación doctrinaria en base a los evangelios y la Santa Iglesia, eleva una
oración al Señor para que te ayude y puedas hacerlo a solas, sin escándalo, con
humildad, prudencia y amor. Nadie que
realmente ama a Dios y se hace llamar cristiano puede soslayar el deber de
corregir, porque al no hacerlo ignora los mandamientos y la ley de Dios que se
resumen en el amor al Padre sobre todas las cosa y en al amor al Prójimo como
el que se tiene per se, habida cuenta que quien ama al prójimo no le causa daño
a nadie. ¿Y donde lo harás?:
Son muchos los lugares y oportunidades para hacerlo, comenzando por el Templo,
que es casa de oración, todos en silencio elevaremos las plegarias a Dios, y
evitaremos las tertulias entre los feligreses; corrijamos las posturas y
comportamientos en el templo, la forma decente de sentarnos, de hacernos el
signo de la cruz, el saludo de una paz que parece fuera de la calle entre
familiares, cuando ha de ser solo con el vecino del asiento; orar por las
muchas comuniones sacrílegas que puedan ocurrir; solicitar al sacerdote que
oficia que cumpla antes de misa con las confesiones, y niegue la comunión al
comulgante que se acerque a recibir al
Señor en condiciones prohibidas por la Iglesia; corregir a quien comulgue
cuando llega a la misa dominical después de la consagración.
Ejerzamos
también la corrección fraterna en nuestro hogar, en el trabajo, en la calle y
en cualquier ambiente cuando se ofende a Cristo, se falta a sus mandatos y se
malpone su Iglesia. Advirtamos a quienes ejerzan el derecho del voto, que se
comete pecado cuando no existe coherencia entre lo que se dice y lo que se
hace, cuando hay indiferencia del aspirante al cargo, quien sin arrepentimiento
evidente ha manipulado a la Iglesia y sus autoridades, y la soberbia y el odio
siguen siendo sus compañeros de ruta en sus aspiraciones.
La
Iglesia de Cristo, sus autoridades, los cristianos y en especial los católicos
comprometidos estamos obligados usando todos los medios legales de
comunicación, a mantener la alerta para luchar contra el pecado de omisión,
todo lo bueno que se pueda hacer y no se hace, que muchas veces siendo pecados
menores van empañando el cristal la santidad y llegan a convertirse en pecado
mortal de invidentes cristianos JULIO
2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario