domingo, 4 de octubre de 2009

CON UNA PIEDRA DE MOLINO

“Léalo y Reflexione” Francisco Jiménez Fermín

UNA ENORME PIEDRA DE MOLINO

Jesucristo en su prédica de la Palabra, dijo en una oportunidad: “Toda persona que sea ocasión de pecado para la gente sencilla que cree en mi, más le valdría que le pusieran al cuello una de esas enormes piedras de molino y lo arrojaran al mar”. Así mismo “Dijo si tu mano o tu pie te hacen pecar córtatelo, si tu ojo te hace pecar sácatelo, porque más vale entrar al Reino de Dios, que ser arrojado al lugar del castigo eterno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga” Y ese lugar tiene un nombre que es dogma de fe: Infierno, el cual es mencionado muchísimas veces en la Biblia como Palabra de Dios, por lo que no hay duda al alguna para el creyente de su existencia, quien no lo acepte o lo cuestione y llegue a decir que no existe, con seguridad que una vez que su esté allí quedará plenamente convencido de su realidad y desafortunadamente no hay vuelta atrás.

El numeral 2326 del Catecismo Católico especifica: Que el escándalo constituye una falta grave cuando por acción u omisión se induce deliberadamente a otro a pecar. De acuerdo con esto nuestra madre Iglesia Católica nos advierte que la Palabra de Cristo antes expuesta escandaliza a los más sencillos o pequeños en el Reino de Dios, expone al pecador al máximo castigo, por supuesto si no hay arrepentimiento de lo obrado y si además no se cuenta con la misericordia de Dios.

Hay una invitación institucional permanente del Magisterio de la Iglesia de rechazar al pecado y acoger al pecador, en quien se ha de ejercer la corrección fraterna y se debe orar permanentemente para su conversión y salvación, y esto es perentorio en nuestro mundo actual secularizado y relativizado, donde la idea de un ser superior, hacedor de todo lo que existe, que es bueno y justo ,y dará a cada quien lo que le corresponde de acuerdo con la justicia divina; esto se hará porque Cristo vino para todos justos y pecadores, y todos tiene cupo en su iglesia; es oportuno las reflexiones del Padre Santiago Martín Rodríguez, fundador de los Franciscanos de María, sobre esta materia: “Todos caben en la Iglesia es verdad, pero ¿todo cabe? Evidentemente, no. ¿Y si viene alguien con algo que no está dispuesto a dejar fuera por entrar en la Iglesia? ¿Y si vienen personas para las cuales lo primero es la fidelidad a un partido político que promueve el asesinato de inocentes antes que la fidelidad a Jesucristo? ¿Y si nos chantajean diciéndonos que si defendemos la vida ellos no vienen? En la casa de Dios pueden entrar con pecados, pero no con la intención de permanecer en sus pecados. A Dios puedes pedirle misericordia, pero no que tolere el pecado y que diga que lo bueno es malo para contentarte a ti o a los tuyos. Hay momentos en que hay que elegir entre Dios y el diablo y las componendas no sirven. No sé si se podrá ser socialista y católico, desde luego no se puede ser abortista y católico. Todos caben, pero no todo cabe”.

Es evidente que se ha perdida la conciencia sobre el escándalo, nadie puede producirlo sin darse cuenta o con conocimiento, es decir deliberadamente, y en el mismo hay un doble pecado: el pasivo, por ejemplo una mujer muy mal vestida o vestida provocativamente en el templo, o la persona que produce pornografía, son merecedores a la piedra de molino, y el pecado activo de quien se recrea desordenadamente sobre lo que se enseña, también es merecedor de la misma piedra. Evitemos el escándalo pasivo y activo.

OCTUBRE 2009.

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