EL DIVORCIO ENTRE LA FE Y LAS
OBRAS
Toda persona
en este mundo cree, es decir tienen fe. Todos somos hijos de Dios, quienes
comulgamos con la doctrina de Cristiana y que por bautismo recibimos el don de
la fe, estamos obligados a preservarla, a fomentarla, a cultivarla, a
engrandecerla y a ser consecuente con lo que se cree, dando testimonio en
cualquier ambiente donde te toque actuar, es decir a mantener la fe viva y no
muerta, debilitada, e insensible. Esta reflexión la hacemos especialmente para
los católicos en general desde los consagrados hasta los laicos comprometidos y
los no asociados, es necesario que en lo que resta de esta AÑO DE LA FE
decretado por la Iglesia y que concluye con la fiesta de Cristo Rey de este año
2013, se ponga el mayor empeño para que este don sea revisado a conciencia y
concluyamos con el premio de tener una fe verdadera, consecuente, llena de
obras; pide a Dios todopoderoso que la misma se eleve siempre y se acabe con el
divorcio entre ella y tu testimonio de vida, en lo que crees y lo que haces.
Si partimos de la recomendación de nuestro Papa Emérito
Benedicto XVI de rezar con meditación diaria el credo de la Iglesia, nuestra
confesión de fe, recitando el Credo corto de los Apóstoles o mejor aún el credo
largo Niceno-constantinopolitano aprobado por el Concilio de Nicea en el año
325 de la era y ampliado como lo conocemos hoy en el Concilio de Constantinopla
en el año 381 de la era. No perdamos el tiempo y empecemos a rezar todos los
días, estando convencido de todas las verdades del mismo, que son dogmas de fe,
y por tanto de obligado cumplimiento por parte del cristiano. No podemos
desechar o desestimar ninguno de los 12 verdades que el mismo contiene, no
podemos pensar que al rezarlo solo aceptamos lo que nos guste o lo más fácil de
cumplir; no pensemos al rezar el credo, este es una carta de cualquier
restaurant donde escoge solo lo que nos agrada. Empecemos a examinar nuestra fe
y dar testimonio de la misma.
Creo en solo Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo
y la tierra, de todo lo visible e invisible, si así lo aceptas combate las
creencias de que el universo pudo haberse creado de otra manera; Creo en solo
Señor Jesucristo, hijo único de Dios nacido antes de todos los siglos, Dios de
Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero, de la misma naturaleza que
el Padre y por quien todo fue hecho y por nuestra salvación bajo del cielo, y
por obra de Dios Espíritu Santo se encarnó de María y se hizo hombre. Estas en
el deber de defender el misterio unitario de la Santísima Trinidad, del Dios
trino. Luego aceptaras el hecho histórico del evangelio de Cristo, su pasión
muerte y su resurrección. Si crees en Cristo, tienes que creer en su Iglesia
fundada por él, en la autoridad de la misma, en su tradición. Si cada verdad la
meditas a diario y pides a Dios la ayuda de la gracia para tu conversión progresiva y total, verás que el
divorcio que hoy mantienes entre lo que por tu fe crees, y lo que haces o
permite que otros hagan sin hacer corrección fraterna, te permitirá haber
aprovechado este año de la fe, y con seguridad serás un católico nuevo. Abril 2013.
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