lunes, 7 de junio de 2010

LA SANTISIMA TRINIDAD

“Léalo y Reflexione” Francisco Jimenez Fermin

TRINIDAD SANTA, UN SÓLO DIOS

La Iglesia celebra este domingo la Solemnidad de La Santísima Trinidad y cada creyente debe entender este misterio como fue revelado por Cristo y como lo enseña la Iglesia. Los cristianos adoramos un sólo y único Dios, pero este Dios no es una sola Persona, sino tres Personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo, de una sola naturaleza divina e iguales en la divinidad. Esto significa que el Padre es Dios, que el Hijo es Dios, y que el Espíritu Santo es Dios. Cuando en el culto elevamos plegarias a cada una de estas Personas, lo hacemos al mismo y único Dios. Así lo declara Jesús en la oración sacerdo­tal, dirigiéndose al Padre: “Esta es la vida eterna: conocerte a Ti, único Dios verdadero, y al que tu has enviado, Jesús, el Cristo” (Jn 17,3).

El misterio de la Santísi­ma Trinidad es el misterio central de nuestra fe y de nuestra vida cristiana. Con la formulación del Dogma del misterio de la Trinidad la Iglesia expresa la verdad acerca de la intimidad de Dios siendo éste inaccesible por la sola luz de la razón humana. Jesús que tenía la misión de anunciar a su Padre les habló con entusiasmo a su pueblo y en especial a sus apóstoles sobre él, pero no lo comprendieron y Felipe le dijo: “Señor, muéstranos al Padre y nos basta”, la fe del apóstol es grande cuando afirma con razón que eso basta, pero su raciocinio para comprender es nulo, lo cual deducimos por la respuesta de Jesús: ¿Felipe, tanto tiempo que estoy con vosotros y no me conoces? y añade quien me ha visto a mi ha visto al Padre. “¿A caso no crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí?”.

Conocemos a Dios como Padre en Cristo, en su actitud filial y en su ense­ñanza. Dios es Padre creador y es Padre de Cristo y es Padre nuestro. Está claro que Dios es Padre de Cristo en un sentido y es Padre nuestro en otro senti­do, ambos igualmente verdaderos, pero infinitamente dis­tintos. Jesús no se dirige a su Padre diciendo: “Padrenuestro” para incluirnos a nosotros. Cuando enseñó la oración del cristiano dice: “Orad así: Padre nues­tro…..”.Pero fue constante en su vida pública el modo de llamar a Dios: “Padre mío” o “mi Padre”. Recordemos cuando le dice a María Magdale­na: “Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios” (Jn 20,17). De esta manera nos enseña que Dios es Padre suyo por natura­leza y es Padre nuestro por adopción.

Cristo hace visible a el Padre, lo que experimentaron los Apóstoles solo en Pentecostés cuando vino sobre ellos el Espíritu Santo. Por eso Jesús dice: “Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad com­pleta”. El Espíritu Santo hará que los apóstoles crean que Cristo es el Hijo de Dios; de esta manera, podrán ellos, viendo a Cristo, ver al Padre. Por eso Jesús repite dos veces: “El Espíritu Santo tomará de lo mío y os lo anunciará a vosotros”. Y precisamente en este anuncio de Cristo como Hijo consiste la revelación del Padre. En efecto, Cristo lo dice: “Todo lo que tiene el Padre es mío”. Por eso, toman­do lo de Cristo y anunciándolo a nosotros, el Espíritu Santo revela al mismo tiempo al Padre y al Hijo. Así alcanzamos el conocimiento del Dios verdadero, el Dios Trinitario. Al asumir la naturaleza humana, sin dejar la divina, el Hijo de Dios dio al ser humano acceso a la filiación divina. Por eso se dice que los bautizados somos “hijos en el Hijo”. Pero todo esto sería externo a nosotros y nadie podría vivir como hijo de Dios si no fuera habilitado por el Espíritu Santo. Lo más propio de Cristo es su condición de Hijo de Dios y es precisamente esto lo que el Espíritu Santo debe tomar de él y comunicarlo a nosotros.

No es necesario exprimirse la mente para entender este misterio ni mucho otros de nuestra religión, nuestra raciocinio no está en capacidad para discernir sobre la materia, pero se me ocurre acuñarle un ejemplo sencillo que explica en la vida como una sustancia como el agua con la misma naturaleza química de dos átomos de hidrogeno y uno de oxígeno (H2O), puede tomar 3 aspectos distintos sin dejar de ser agua. Es agua en su estado líquido, es agua en forma sólida como el hielo y es agua en su forma gaseosa, como vapor de agua.

JUNIO 2010.

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