“Palabra de
Vida” Franciscanos de María
PENTECOSTES: Paz a vosotros.
(Jn
20,20): “En esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: ¡Paz a vosotros’. Y
diciendo esto les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron
de alegría”
El Espíritu Santo es un
don del Señor resucitado. Un don extraordinario que va acompañado de otros
dones. Uno de ellos es el de la paz. Otro es el de la alegría. Sin embargo, ni
la paz ni la alegría que acompañan al Espíritu, tienen que ver con las que a
menudo buscan los hombres. Para muchos, la paz es fruto de la guerra y la
alegría va unida al dinero y al gasto. Para los cristianos, la paz nace del
amor y de la justicia, mientras que la alegría va unida a la generosidad. La
paz nace también de otra cosa: la reconciliación, el perdón. Un perdón que se
recibe –del ofendido, de Dios en la confesión- y que se da; un perdón que nos
abre las puertas de la santidad.
Estas son, pues, las
cuatro claves de Pentecostés: paz, alegría, perdón, santidad. Debemos pedirle
al Espíritu Santo que nos regale esos dones y debemos trabajar para que, una
vez otorgados, echen raíces en nosotros y fructifiquen abundantemente. ¿Qué
puedo hacer yo por la paz? ¿Tengo esa alegría que poseen los que aman? ¿He
perdonado o he pedido perdón? ¿Busco la santidad?. Son las cuatro preguntas que
debemos responder esta semana.
Propósito: Trabajar
por la paz haciendo el bien, evitando o quitando tensiones, perdonando y
pidiendo perdón, ayudando a quien lo necesita. Y confesarse.
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