lunes, 29 de junio de 2009

SACERDOTES Y LAICOS

“Léalo y Reflexione” Francisco Jiménez Fermín

SACERDOTES Y LAICOS

En la Iglesia de Cristo todos somos hijos de Dios y somos guardianes de su Iglesia por el Bautismo, los creyentes sacerdotes ministeriales, servidores del altar por el sacramento del orden, son responsables para pastorear, cuidar, dirigir, formar, en una palabra evangelizar al pueblo de Dios en la comunidad eclesial; los creyentes que sin ser sacerdotes ministeriales, por el bautismo ejercen el sacerdocio común en el pueblo de Dios que está en el mundo, en ese mundo de la familia y la sociedad con todas las realidades temporales que existan, tienen el deber de evangelizar, de enseñar, formar, por el amor de Dios y amor al prójimo. El cura, sea párroco o vicario, sea obispo, sea diocesano o pertenezca a una congregación religiosa, en su rol diario no tiene porque intervenir en la tribuna pública, ni en la política, en la funciones ordinarias de la vida ciudadana, a menos que su intervención tenga que ver con la defensa de la dignidad de la persona, el bien común, los derechos sagrados del hombre sustentados por la ley natural de Dios; en cambio el creyente laico, el seglar, quien ejerce su sacerdocio común está en la obligación de llevar la palabra de Dios en cualquier realidad que le toque vivir en este mundo, sea desde el gobierno o fuera de él, desde un organismo legislativo, de educación, de promoción, de sana diversión, de economía, de acción social etc.

Los Sacerdotes del ministerio ordenado no tiene que caer en los extremos de un clericalismo radical, donde además de curas pretenda ejercer los mejores roles de laicos, donde su argumentos no se discutan, y pretendan que sean aceptados siempre. Ni los laicos ejercerán ni un laicismo activo que pretenda suplantar al sacerdote ministerial, ni un laicismo pasivo que permita al cura hacer y deshacer cuanto quiera. Queremos sacerdotes de avance, justos, bien formados, con nuevo ropaje, dispuestos para la renovación, que dejen de ser conservadores, que sean proactivos, dispuestos siempre a sembrar el fruto para obtener buenas cosechas. Queremos laicos que no pretendan ser sacerdotes, ni mucho menos agentes de sacristía, cabizbajos y sometidos, donde su pastoral consiste en ir a misa cada domingo, cumplir con la familia en lo posible, pero que ven pasar al Cristo sufriente tanto de personas como de situaciones y se hacen a un lado totalmente desentendidos. Así como pedimos que la pastoral de la Iglesia sea un pastoral misionera, la pastoral del laicos debe ser de ejemplo, testimonio, cumplimiento del deber, y sobre todo caridad cristiana tanto material como espiritual en el espacio y el tiempo. Creemos que lo que se propone en la Diócesis de Margarita para los próximos meses está encaminado hacia la renovación de los roles en la Iglesia tanto de sus ministros como de sus laicos; se hace indispensable implementar en la Iglesia de Cristo, las comunidades eclesiales de base, que pregonó nuestro querido Papa Juan Pablo II, o nuestras células evangelizadoras parroquiales, alimentadas en una data abundante de voluntarios para el trabajo misionero, todo en sintonía con las recomendaciones del Concilio Plenario de Venezuela, y de las decisiones de la V Conferencia del Episcopado latinoamericano celebrado en Aparecida en el 2007. .


viernes, 26 de junio de 2009

Dedicale un tiempito a Dios

TE INVITO A ORAR

Mi estimado lector, tu que eres católico de misa y comunión dominal, pero que fuera del templo vuelves al mundo, y eres del mundo y no de Dios, pues haces lo que te parece, lo que digan las mayorías politicas, y si hay que maldecir maldices, si hay que atropellar atropellas, si hay corrupción participas en ella, te digo que las oraciones de Cristo y de su Iglesia de cada domingo no solo debes oirlas, sino escucharlas, lo que se obtiene con la escucha atenta de la palabra de Dios. A esta disposición tendrás que decidir el hacerte una nueva persona, una persona renovada para la evangelización a la cual estás comprometido, y eso lo vas a conseguir mediante la oración a tiempo y a destiempo, como dice San Pablo, en todo momento que las circunstancias lo permitan. Por ello te invito a orar, a rezar, a conversar con Jesucristo, y te propongo la metodología de la Espiritualidad "Franciscanos de María" creada por el Padre Santiago Martin Rodriguez, la cual consiste en vivir la parte medular del evangelio de cada domingo durante toda una semana, cumpliendo o tratando de cumplir con el propósito indicado.

La Palabra de Vida del método propuesto, la puedes bajar de la Página Web: frmaria.org, o la puedes leer en los diarios de Margarita: El Caribazo, Del Caribe, y La hora los fines de semana, y de esta manera comienzas individualmente el cambio que te propongo, que lo podrás extender primero a tu familia y luego a tu comunidad, promoviendo la formación de un Grupo de Oración con una reunión semanal, donde se hará la meditación de la Palabra del Evangelio, y a los 8 dias en nueva reunión se medita sobre la Nueva Palabra de Vida, y se dan los testimonio reales vividos por cada miembro del grupo. Si te entusiama no dudes en iniciar por tu cuenta esta tarea, y si pides ayudas puedes llamar al telefono celular 04166968400.

sábado, 20 de junio de 2009

RESPETO A JESUS EUCARISTIA

“Léalo y Reflexione” Francisco Jiménez Fermín

CRISTO EUCARISTÍA.

Para un creyente que tenga fe probada, no le será difícil comprender que en un pedazo de pan consagrado por un Sacerdote debidamente, autorizado durante la liturgia de la Misa, esté presente Cristo en carne, cuerpo, alma y divinidad. Y que las Hostias Consagradas se reservan en el templo en la Sagrario, donde se conserva a Jesús Sacramentado, es decir a Cristo en el Sacramento de la Eucaristía. Para esta persona como para cualquier otra durante la comunión cuando come la carne y bebe la sangre de Jesús, su raciocinio no le permitirá discernir sobre las características organolépticas de la especie consagrada como algo distinto a la de un pedazo de pan, solo podrá entenderlo a la luz de su fe, a la luz de lo que cree y acepte de la Palabra de Dios, porque para Dios nada es imposible. La transubstanciación de las especies de pan y vino en cuerpo y sangre de Cristo es posible por ser obra de Dios, esta acción no la realiza el hombre-sacerdote por propia cuenta, aunque esté autorizado por el evangelio y la doctrina de la Iglesia, ello solo es viable por la intervención del Espíritu de Dios.

Es necesario que cada comulgante en el acto de la comunión participe con respeto, recogimiento, circunspección, y trascendencia de la misma; asistamos a recibir a Cristo como la primera vez, preparados, guardando el ayuno, asistiendo en silencio, con gozo y alegría, con un vestido adecuado sin escandalizar, con la mirada fija en la Eucaristía y disposición de dar gracias por el alimento que se recibe. Cuando se recibe la Hostia Santa ocasionalmente, no lo hagas deportivamente, ni para llenar las apariencias y hacer cumplidos. Si recibes la Comunión frecuentemente, evita que el acto sea parte de una rutina, cuando camines hacia ella hazlo en oración espiritual como si fuera la primera vez y agradece a Cristo la oportunidad que te brinda.

Estando Cristificado con la Hostia Santa, te obligas y te comprometes, con tu ejemplo y tu testimonio para promocionar, para apoyar, para expandir y sobre todo para defender a Jesús vivo presente en la Eucaristía, y cada día en la cotidianidad tendrás que luchar en cualquiera de los ambientes donde te toque vivir para el adecentamiento del acto de Comunión, para acabar con vicios, con desplantes, con irrespetos, con inconsecuencias de quienes con muy poco conciencia y muchas veces por ignorancia cometen cada vez ofensas contra Cristo-Eucaristía, y lo que realmente es lamentable, como lo dice el Apóstol Pablo es que se comen su propia condenación.

La tarea es de todos, especialmente de los laicos comprometidos, ayudemos al cura párroco, ayudemos al comulgante, ayudemos a nuestra iglesia. No nos callemos antes las ofensas a Jesús Sacramentado, no permitamos que los masticadores de chicle queden impunes, que la vestimenta playera dé tan mal ejemplo, que haya alguien que quiera compartir la Hostia con su niño que le pide un pedacito del pan eucarístico, que las espaldas y corpiños no estén al aire libre en el momento de recibir a Cristo, que los desgarbados confundan con una vulgar fiesta la solemnidad del Pan Eucarístico que el mismo Cristo nos ofrece. NO PEQUES POR OMISION. JUNIO 2009.