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Léalo y Reflexione "
Francisco Jiménez Fermín
GLORIA A DIOS
EN EL CIELO
Y en la tierra paz a los hombres QUE
AMA EL SEÑOR. Dios Padre, Creador del cielo y la tierra, de todo lo
visible e invisible; Dios Hijo Jesucristo Redentor del mundo, Dios Espíritu
Santo Santificador, en el misterio de la Santísima Trinidad, un solo Dios en
tres personas distintas con la misma naturaleza, que ha creado al hombre a su
imagen y semejanza, ama a cada hombre como su criatura con amor misericordioso
y gratuito. Con un amor que no merecemos y que recibimos, aún siendo herederos
del pecado original de la desobediencia y soberbia de nuestros primeros Padres
Adán y Eva, quienes desafiaron a Dios y siguiendo a Satanás quisieron ser dioses;
por lo tanto en el mundo después que el Hijo de Dios y Redentor de todos, por
el derramamiento de su sangre en el sacrificio de la Cruz, con su pasión,
muerte, resurrección y ascensión a los cielos, nos perdona y con su amor
misericordioso se nos promete la vida eterna
por la fe y las obras realizadas. En general todos los hombres del mundo
estamos llamados a la santidad, a ser santo como el Padre es santo, y somos
amados por el Señor, pecadores y no pecadores, porque Dios en su gloria nos ama
a todos, de tal modo que cada domingo en el canto del Gloria a Dios, no se ha
de decir paz en la tierra a los hombres que aman al Señor, porque no es verdad,
todos los hombres en el mundo, por razones diversas no aman al Señor, en cambio
Dios sigue amando a todos y le ofrece la salvación de su alma para la vida
eterna.
Sin embargo, por desconsideración,
desagradecimiento, desconocimiento del amor de Dios, y muchas veces por abuso
del mismo, muchos llegan a decir: Si Dios es amor y promete la salvación del
alma, es innecesario entonces amarle; esta es una posición soberbia para aquel
a quien todos debemos; no es conveniente para nadie tales desplantes y plazos
para dejar de amar a Dios, y dicen tiempo habrá de sobra par tal cosa, desconociendo
que la vida no nos pertenece, sino que la misma pertenece al Creador, quien
podrá hacer su voluntad y no la voluntad del pecador. Tampoco es admisible ser
tan hipócrita con el amor que Cristo, nuestro Redentor, nos ofrece, cuando
anteponemos a su amor los dioses que encontramos en nuestro peregrinar por la
tierra, como son el dinero, el poder, la comodidad. El sexo, los bienes
materiales, o porque estamos inmersos en las vanidades de la vida, la tibieza,
la desidia y la pereza.
Estamos en la Iglesia celebrando
hasta este mes de noviembre el AÑO DE LA FE, decretado por el Papa Emérito
Benedicto XVI, y quienes hemos leído el documento la Porta Fidei, sabemos de las recomendaciones y la razones
que obligaron al vaticano para cumplir la tarea, como fue la certeza de que la
fe de los creyentes recibida como un don en el Sacramento del Bautismo, ha disminuido,
se ha impuesto en el mundo el relativismo en la vida, y da igual creer o no
creer, se ha perdido el temor a Dios y el mundo se arropa en el Secularismo de
avanzada, donde a las personas viven de espaldas a Dios, como si este no
existiera.
Esperamos que la jerarquía de la
Diócesis de Margarita en su retiro espiritual de esta semana hayan orado y
reflexionado mucho, y que se implante entre nosotros una fe renovada, que reciba el alimento de
Cristo.Eucaristía y concluyamos en el año de la fe con grandes asambleas
parroquiales y diocesanas, que se impartan directrices en el sentido de lograr
los objetivos del año de la fe. Los laicos comprometidos de Margarita y Coche,
le deseamos a nuestra jerarquía todo los bienes y oramos por ellos. NOV 2013.